Sala vacía de público y actores de la Casa de Cultura de Cangas de Onís. Partimos el viaje dispuestos a llenarla y a pasar momentos inolvidables. |
En
muchas ocasiones opinamos acerca de las cosas que suceden a nuestro alrededor.
La política, el trabajo, las relaciones personales, las guerras, el amor, los
jóvenes, los viejos…. En fin, de tantas y tantas cosas…
Pero
pocas veces podremos hacerlo con la rotundidad que nos ofrece una
representación escénica.
En
ella, encontraremos frente nosotros, en el patio de butacas, un público ávido
de ver, escuchar, aquello que tenemos que decirle. Y guardarán silencio hasta
el final de nuestra exposición, representación, porque así está convenido en la
regla ceremonial escénica.
Es un
buen punto de partida, hablar en el silencio activo de un espectador.
Transmitirle nuestras más reflexivas y sentidas opiniones. Y todo se vuelve aún
más interesante cuando además resulta que nuestra opinión es NECESARIA y ÚTIL.
Necesaria y útil, porque es distinta, seguramente por el propio lenguaje en que
es expresada, pero necesaria y útil a la postre.
Es
una buena definición de arte (algo necesario y útil), y una excelente razón
para adentrarse y disfrutar del arte escénico. ¿No crees?
¡Exprésate
libremente y disfruta!
¿Se puede
pedir más?
Llenemos
ahora vacío el patio de butacas, la calle, de gentes listas para vivir con deleite con
nuestro arte.
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