PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA
(1600-1681)
Monólogo de El Cuerpo,
de “El pleito matrimonial del cuerpo y el alma”
Intérpretes:
Mª Carmen Maside
Rocío Casado, Raquel Feijóo,
Patricia Martínez y Juantxo Vázquez
Calderón fue un autor enormemente admirado por los grandes autores europeos: Goethe consideraba a Calderón el gran genio del teatro. Schlegel llegó a afirmar que Calderón había resuelto el enigma del universo en algunos de sus dramas. También algunos románticos ingleses, como Shelley, vieron en Calderón al poeta dramático y lírico más grande.
Calderón es el dramaturgo por excelencia del barroco español. El sentido teológico y metafísico de su tiempo informa todas sus obras, donde aúna la fe y la razón.
Al hombre barroco, obsesionado por el tema de la salvación del alma, le impresionaban los problemas teológicos convertidos en acción de pieza teatral: salvación, libre albedrío, predestinación. Calderón supo hacer teatro con todos estos materiales y mostrarnos el drama del hombre; drama que comienza con su nacimiento al recibir la angustia de la existencia para sentir el dolor de existir para morir. Como señala Frutos, «el hombre sale del concepto de Dios, no siendo antes nada, para después ser. Pero ¿ser qué? El hombre mismo se interroga con angustia sobre este qué misterioso. Y esta angustia surge porque el hombre ve anticipadamente su vuelta a la nada» Si Calderón se hubiera quedado en esto nos habría llevado a una filosofía moderna del existencialismo cercana al nihilismo. Sin embargo, para Calderón el mero hecho de existir tiene ya un sentido. Al nacer al mundo el hombre siente, al mismo tiempo, el gozo de sentirse vivo y el dolor de saberse caduco. Pero para salvar este pesimismo, este sentido del hombre como «ser para la muerte», surge el alma. Cuerpo y alma encierran en esencia la vida y el destino del hombre; el cuerpo volverá al polvo; pero el alma se unirá a Dios.
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